La boda de María y Gonzalo

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María y Gonzalo se conocieron por un amigo en común hace ya 12 años. Ellos jugaban al fútbol y ella iba a verlos. Después de los partidos quedaban a tomar algo y comenzaron a salir hace ya más de 11 años.
La pedida de María fue de lo más romántica y seguro que alguna habrá soñado alguna vez con una pedida igual para ella. Gonzalo la llevó a Santander, un lugar especial para la novia. Allí, en una suite con vistas al mar y de fondo sonando "When you say nothing at all" de Ronan Keating, Gonzalo le pidió matrimonio del mismo modo que Mark declaró su amor a Juliet (Keira Knightley) en la película Love Actually.

La boda se celebró el 15 de septiembre de 2017 bajo ceremonia religiosa en el Monasterio de Balbuena, San Bernardo, Valladolid. 




















La celebración tuvo lugar también en el Monasterio de Valbuena que cuenta con cocina propia. La decoración fue la propia del lugar y de la papelería se encargó ByinDesign.















De las flores se encargaron las chicas de La Jara. "Tienen un gusto exquisito, confiamos plenamente en ellas"



Gonzalo hace varios viajes a la India por trabajo por lo que alguna vez se encarga algún traje a medida allí ya que utilizan sedas naturales y el resultado es impecable. Para su boda no podía ser de otra manera, así que les hizo ese encargo especial.

La camisa se la hizo a medida en Emilio Yuste y para los zapatos y corbata se decidió por Carolina Herrera.

Como es un amante de las motos María le regaló unos gemelos de Silvio Silvani con una moto parecida a la suya.







María tenía muy claro que su vestido se lo haría Navascués. Un vestido clásico, de manga larga y falda abullonada. Tanto el velo como la corona que se puso después también de Navascués, ¡me encantan! La forma de colocar el velo me ha parecido ideal 😍







Los zapatos eran de Carolina Herrera "Aunque personalizados porque ese modelo en nude de charol no tiene la hebilla, así que pedí que me la pusieran ya que estaba completamente enamorada de ella"




La peinó su peluquera de toda la vida Mari Carmen que es quien la conoce a la perfección. Tenía muy claro que se haría una coleta ya que no se ve favorecida con recogidos. Algo que me ha fascinado de esta novia es el maquillaje, lo hizo ella misma, se maquilló como lo hace en su día a día, un poco de colorete y bien de rimel, no le gusta ir maquillada y siente que le echa años encima y no le favorece por lo que para su gran día no iba a ser diferente. ¡Fiel a una misma siempre!




Del ramo se encargaron también las chicas de La Jara, sencillo, de aire silvestre y con un mega lazo en rosa de terciopelo.






Doblelente fueron los encargados de realizar las fotografías  "Desde el primer trabajo suyo que vimos supimos que queríamos que fuesen ellos los que plasmaran este día tan importante. Son fotos naturales y que captan los momentos tal y como surgen, además el trato con ellos es súper fácil. Estamos encantados con el resultado!"




















Del vídeo también se encargó el equipo de Doblelente "Dudábamos si encargar vídeo o no y ahora mismo tengo que dar gracias a que Doblelente nos ofreciera esa opción! Es un recuerdo súper especial, si estamos encantados con las fotos para el vídeo no tenemos palabras…"





Fue una boda clásica, sencilla y natural.



¡Que seáis muy felices!

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